Una pequeña princesa empática y deshinbida, como una amiga a la que se acaba de conocer y con la que uno podría hablar del tiempo o de música. Así fue en el escenario, claro que con una banda ajustada al repertorio pero con condiciones de pedir más pista, como para mover el piso y el alma. Pero si en la sangre de Corinne corre el Caribe, y su origen es británico, su piel chocolate y una cabellera electrizada realizan la mezcla única para esta cantautora de treinta y pico, con una historia cruzada por el racismo y las sobredosis, el estudio de violín, el cantar en la iglesia y la Universidad de Leeds y las clases de literatura inglesa. Sin status de estrella, con una sencillez del que ama lo que hace, Corinne Bailey Rae produjo una noche delicada y conmovedora con el apoyo de la notable banda integrada por Steve Brown en teclados, John McCallum en guitarra y coros, Henry Higgins en bajo, Jean Birch en guitarra y coros y Luke Flowers en batería, dispuestos como un equipo más que para impresionar al público.
Corinne Bailey Rae, con la presentación de The Sea.
Banda invitada: Vox Pop
Roberto Camarra, especial para rayoverde.com.ar
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