Última semana para ver la muestra "Diamante"

Esta es la última semana para ver la muestra "Diamante" de Leticia El Halli Obeid en la galería 713.

Acá presentamos el texto que escribió para dicha muestra Lara Mármor:

Los dibujos que Leticia presenta en su muestra llamada Diamante son ejercicios. Ella quiere atrapar fantasmas, pero como tocarlos es una tarea imposible, intenta con la pluma ponerles una mano encima. Las líneas de los trescientos papeles parecen trazos de un nadador que por debajo acaricia la superficie del mar. Son como el magma, como las huellas que deja la popa de un barco sobre el agua. Diamante es la piedra en bruto que convive con el cristal pulido. Es mezcla de olvidos y recuerdos, de líneas arrebatadas y formas geométricas, de volcanes en erupción y nudos de moebius.

Diamante es un shock de oxígeno porque Obeid en este momento hace a un costado los largos procesos de investigación en video a los cuales está acostumbrada: su indagación sobre la traducción de la experiencia estética (Relatos, 2004/5); el estudio sobre la historia industrial argentina a fines del siglo XX (Una curva tan gigante que parece recta, 2006); su trabajo sobre la posibilidad de recrear el Libro de los pasajes de Walter Benjamín en un viaje a París (B., 2008) o Dictados de 2009, que documenta la transcripción de la Carta de Jamaica de Simón Bolívar mientras la artista se traslada en tren por el conurbano bonaerense. Los dibujos y los videos que hoy presenta surgen tras el repaso visual de lo acumulado. Diamante gira sobre su punta e ineludiblemente recuerda al antiguo y embriagador ritual con serpientes vivas que hacia fines del 1800, el historiador Aby Warburg conoció en las tierras Hopi de Nuevo México. Como en una fiesta litúrgica, las formas sobre papel y en el espacio que Obeid despliega, pretenden encantarnos en una danza que tiene el correr de las hojas de un libro como telón de fondo musical.

Aunque tantos atlas y diarios funcionan hoy como leitmotiv, Diamante es un mapa autorreferencial que recuerda a las piedras encontradas en la orilla de un río, los amores del Orlando de Virginia Woolf y a la mítica Jane Eyre de Charlotte Brontë. También es atlas de historia compartida porque como pensó alguna vez Susan Sontag, invocar fantasmas es peligroso, además los sufrimientos ajenos pueden sangrar en el alma propia. Los papeles no están enmarcados -a los espectros difícilmente se las puede cazar-. Mientras un perro se muerde la cola, los dibujos fluctúan como en la memoria en un ejercicio de edición permanente sobre mesas curvas sin principio ni final.

L A R A -----M A R M O R--------------JUNIO---DE----2011-----------------------------------------------------------------